Nueva portada

El dibujo de la portada del blog fue realizado con el mayor de los cariños por FerchuM, quien se hace responsable de las críticas que puedan existir contra los garabatos antes mencionados.
La obra es en papel A4 borrador del laburo (detrás hay un proveído que el juez nunca firmó), y la pintura es a base de lapicera negra parker, birome bic negra y liquid paper gastado.
Téngase en cuenta al momento de la crítica que este miembro del grupo carece de conocimientos de dibujo, de caricatura, de perspectiva, de arquitectura, de filosofía, de política, de negocios... resumamos en la idea de que carece de conocimientos en general.
Por otra parte, si ud. es miembro del grupo y no se encuentra en el dibujo no implica que haya sido olvidado, sino que es cuestión tal vez de abrir un poco la imaginación y pensar: "mmm... ¿ese seré yo?"

jueves, 7 de agosto de 2008

Aserrín, Aserrán, los maderos de San Juan...

Entre los lugares en los que el Ruso Salzman, Teseo y Ferchum dejaron su huella, el que más los impactó, conforme ha quedado registrado en grabaciones audiovisuales, fue sin lugar a dudas Barreal, en la provincia de San Juan. Y no es ningún misterio el por qué. Situado en la región de Calingasta, Barreal es un oasis de vegetación y sombra en pleno desierto de roca y polvareda. Mientras que un contorno se encuentra delineado por las montañas de la precordillera, en el horizonte occidental, los Andes ofrecen sus impactantes picos nevados, entre ellos el Mercedario, tercero en altura luego del Aconcagua y el Tupungato. Estos picos blancos contrastan a la vez con un cielo tan azul, limpio de nubes e impoluto, que no hay manera de sacar una foto de mala calidad con un fondo de ese nivel. Los álamos predominan a los márgenes de cada calle de este pequeño poblado y un caudaloso río, llamado "Los Patos", desafía la sequedad que caracteriza a la región.

Todo el paisaje por sí mismo maravilló a los viajeros, pero había más. El lugar tenía un plus que los desconcertaba a diario y que los hacía replantearse en cada momento cuánto tiempo más podrían estirar su estadía en aquel pueblito sanjuanino, y ese agregado era la leña.

Imagínense visitar un lugar en donde, supóngase, el chocolate se desprendiera de los árboles y no fuera recolectado por los habitantes, de manera que a cada dos metros uno pudiera encontrar pilas de chocolate en rama, y más adelante un chocolate macizo, y luego... En fin, ahora cámbiese el chocolate por madera, y verán que, si bien no es una comparación muy feliz, estos muchachos, en cada madera veían chocolate, e inmediatamente las glándulas salivales comenzaban a segregar y se los veía, sobre todo a uno de ellos, al Ruso Salzman, babeando ante cada tronco, rama gruesa, rama corta, ramita, que se encontrara depositada a los costados de la calle.

La explicación sigue sin ser muy difícil de intuir. Teniendo en cuenta que estaban parando en un camping, que el anafe aportado por Teseo se tomaba su tiempo en hervir el agua para hacer los mates y que, si la hervía rápido, se gastaba el cartucho en cuestiones de segundo, conseguir madera implicaba poder hacer fuego, y por lo tanto poder cocinar. Es decir poder comer algo más digno que una sopa Quick de choclo y zapallo con leche (con el debido respeto que se merece dicha sopita). Fue así como pasaron por la llama que todo lo calienta y ennegrece, varios cortes de carne, morcilla, chorizos, chorizos colorados, pollo, olla con fideos y salsa, olla con arroz, pan, etc.

Un día, de los tantos que pasaron en aquel lugar atraídos por la madera, los tres salieron a caminar aprovechando la fresca matutina, antes de que el sol del mediodía/tarde los comenzara a asar. Y fue por recomendación de la Oficina de Turismo de Barreal que se propusieron ir a conocer "el camino de los enamorados". Cualquier hombre sensible de Flores hubiese adquirido el mismo interés por ese pasaje que el que tuvieron estos muchachos al oír el nombre, y aunque nunca se lo confesaron entre sí, miles de suposiciones pasaron por sus mentes. Teseo, por ejemplo, rogaba que al cruzar dicho sendero, Cupido se apiadara de su sufrimiento y lanzara la flecha correcta, aquella que le indicara su verdadero amor que destruyera las armaduras de su corazón. FerchuM, por su parte, soñaba que al alcanzar aquella vía se purgarían todos los crueles sufrimientos, angustias y dolores que lo atosigaban por los amores que no habían podido ser a lo largo de su vida. El Ruso Salzman no dejaba de sentir gran preocupación. Temía que pudiera hallar la figurita que le faltaba.

Nada de todo eso ocurrió. Un refutador de leyendas se hubiese considerado ampliamente satisfecho, no así los viajeros, que no pudieron más que sentir una gran desilusión al enterarse que el camino de los enamorados no era ni más ni menos que un Country Golf.

La venganza que planearon por aquel engaño fue siniestra, pero de difícil ejecución. Decidieron limpiar las calles de Barreal de sus respectivas maderas, no dejando siquiera una ramita en el suelo. Claro que al tercer tronco que hallaron, y descubriendo aún la larga distancia hasta el camping que tenían para deshacerse de la terrible carga de todo lo recolectado, sopesaron el castigo que acababan de planear y prefirieron perdonar al poblado por el engaño, y aprovechar la leña ya juntada para cocinar algo rico por la noche.

No obstante, los dioses de Barreal, heridos por las injurias vertidas por aquellos individuos y guiados por un rencor característico de las deidades mitológicas, no perdonaron a los turistas, y haciendo uso de sus técnicas sobrenaturales, mandaron terribles ventiscas y levantadas de polvo que impidieron la cocción a la parrilla de cualquier alimento. Ernest, sin embargo, quiso dar pelea. Había demasiada leña acumulada (Teseo había estado demostrando durante la tarde su destreza como leñador), y al día siguiente era ineludible la partida hacia Valle Fértil. Toda esa madera no podía haber sido juntada para no usarla. El Ruso, pese a las recomendaciones de sus acompañantes, decidió encender una gran fogata.

Esa noche los viajeros cenaron en una pizzería de Barreal.


Teseo y el Ruso Salzman en plena venganza contra Barreal juntan maderitas de la calle.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

jajajaja, que copado!vuelvo a repetir que esta anecdota me recuerda al capitulo de los Simpsons en que se van a la playa y Lisa tiene nuevos amigos que le decoran el auto con caracoles cuando se estaban volviendo, solo que ahora seria el Birbus con ramitas jajaja

bueno, espero mas hazañas

Anónimo dijo...

Largo y aburrido

jaja nah, sabés que lo dije en joda. Muy buen texto Ferchum!! Muy bien escrito. Me encantó, me atrapó como un cuento del otro blog. Porque tiene como un ritmo interno de cuento.

¿El río Los Patos significa que por esa zona está el paso Los Patos que usó San Martín? ¿O es una coincidencia?

Lo del camino de los enamorados... muy dolinero jaja

Excelente final del relato.

Me comentaron que Teseo dejó su marca como leñador en el pasto de la casa del ruso hace unos meses...

Ruso: te andan buscando los de grinpis.

Anónimo dijo...

jajaja yo nunca tale ni un arbol... todo lo levantamos de la calle... si me busca grinpis es para felicitarme por la apologia al reciclaje...

Anónimo dijo...

Por la presente queremos expresar nuestro disgusto por los dichos de cierta gente respecto de nuestros productos.

Que usted sea un amargado o amargada no significa que las galletitas que come mientras derrocha malhumor sean también aburridas.

El aburrimiento es propiedad de las personas, no de las galletitas de agua (excepto las express, los muy amargos no de adhirieron a la solicitada).

Anónimo dijo...

Al verte me hipnotice,
como una mágica flor,
siempre fuiste tierra fértil,
semilla del viejo amor.

Para estar un día con vos,
muchas sendas supe andar,
creo que no ha sido en vano
tampoco casualidad.

Anónimo dijo...

L

Anónimo dijo...

actualizacion por favor sr. administrador

Daniel dijo...

Desde tierras españolas y añorando enormemente "la calle de los enamorados" y no "el camino" como se dice en la entrada, hago este comentario. Que exista un country golf en Barreal es una novedad para mí, que pasé mil vacaciones en ese maravilloso lugar. Lo que no es novedad es que "la calle de los enamorados" a la que nunca llegaron, evidentemente, es el mejor lugar para apreciar la belleza de Barreal. Lástima muchachos, se lo perdieron, van a tener que volver un día de estos.

FerchuM dijo...

De seguro que todo esto fue un complot de mis compañeros de viaje, que, en el afán de tener excusas para volver, me hicieron perder ese sendero que algunos llaman "calle" y otros "camino".
Volveré!
Muchas gracias por el dato, estimado Daniel