Nueva portada

El dibujo de la portada del blog fue realizado con el mayor de los cariños por FerchuM, quien se hace responsable de las críticas que puedan existir contra los garabatos antes mencionados.
La obra es en papel A4 borrador del laburo (detrás hay un proveído que el juez nunca firmó), y la pintura es a base de lapicera negra parker, birome bic negra y liquid paper gastado.
Téngase en cuenta al momento de la crítica que este miembro del grupo carece de conocimientos de dibujo, de caricatura, de perspectiva, de arquitectura, de filosofía, de política, de negocios... resumamos en la idea de que carece de conocimientos en general.
Por otra parte, si ud. es miembro del grupo y no se encuentra en el dibujo no implica que haya sido olvidado, sino que es cuestión tal vez de abrir un poco la imaginación y pensar: "mmm... ¿ese seré yo?"

lunes, 25 de agosto de 2008

Y nació nomás...

En plena clase de Contratos Administrativos, una materia por demás interesantísima, FerchuM, que no podía parar de bostezar, sintió como si alguien le jalara del saco. Rogó que no fuera otra vez el duende mágico de la clase anterior porque ello implicaba que se habría quedado dormido otra vez y, en consecuencia, si el profesor lo advertía, podría tomarle de punto. Y a la altura de la carrera en que este miembro del grupo se halla, ya no es conveniente ser el hazme reír de la cursada.
Afortunadamente, advirtió que el tironeo no se debía a ningún duendecillo, ni a que se hubiese enganchado el saco en ningún clavo salido, sino al celular que guardaba en el bolsillo interno del ambo. Con la misma discreción que una jirafa por la calle Florida, sacó su celular y sin tapujo alguno, osó leer el mensaje. El sms provenía del celular de Teseo, y la frase era corta pero contundente: "Nació mi sobrino".
Por un momento, FerchuM pensó la posibilidad de interrumpir al profesor con un llamado de felicitación al nuevo tío del grupo, pero prefirió por cuestiones de diplomacia esperar a que terminara la clase, que no faltaba mucho.
Una vez afuera, arremetió contra el tío con preguntas incisivas con el fin de dejarlo mal parado:

-¿Cuánto?
-¿Cuánto qué?
-¿Cuánto pesa?
-Dos kilos novecientos. No nació tan grande...
(...)
-¿Dónde está?
-En el Otamendi.
Teseo contestaba una y cada una de las preguntas, demostrando que era un buen tío. A veces la baba le impedía hablar rápido y la emoción violenta de la noticia todavía se le notaba en el timbre de la voz. No miente quien les relata si les dice que Teseo se tomó el atrevimiento de mencionar la palabra "nursery" demostrando un manejo preciso del vocabulario que gira en torno a los recién nacidos. De más está aclarar que FerchuM quiso aplaudirlo, pero con el celular en la mano, la acción se le complicó bastante.
Finalmente, lo felicitó nuevamente y le prometió ir a visitarlo al día siguiente alrededor de las 18 horas (Invitación que se extiende a toda aquella persona que esté interesada y lea este posteo antes del día martes 26 de agosto de 2008, 18 hs.).

Si bien se hablan de muchos mitos que giran en torno a este nacimiento, no van a reproducirse hasta no haber sido confirmados. Pero como nos debemos a nuestro público y siempre estamos avanzados, gracias a las velocidades que se manejan hoy en día debido a las altas tecnologías con las que vivimos, hemos podido conseguir una imagen del pequeño Joaquín, quien cartéandose un ancho de basto, recitó unos tangos, y luego permitió la sesión fotográfica. No puede dejar de advertirse el gran parecido que tiene a su tío.

El blog le da las felicitaciones a toda la familia de Teseo y promete que con el correr de los tiempos todos los miembros del grupo malcriarán al pequeño Joaquín, sin excepción. De modo que, por favor, no comprometan al personal.


El pequeño Joaquín sonríe ante la cámara y luego recita unos versos en latín para ganarse el cariño y el respeto de su tío Teseo. Se comenta que ya hizo una lista de cosas que quiere que éste le traiga de París, principalmente boinas, vinos tintos y unos fiambres. Vas por el buen camino, pequeño saltamontes.

jueves, 21 de agosto de 2008

Las Crónicas de Cuyo: Cometas en San Juan

Falto de ideas o tal vez con demasiadas pero todas muy teñidas de cargas emocionales diversas, me hallaba sumido en gran preocupación, observando el blog del grupo, que tan fructífero fue en su corta vida, y sin embargo, ahora reposaba silencioso en una esquina de la web. Cada día, tarde y noche rogaba por un milagro, una señal, un algo que me permitiera resucitarlo de la pachorra clásica del escritor berreta y fanático de la vagancia. Fue entonces cuando golpearon a la puerta de mi despacho.
Al abrir la puerta quedé cara a cara con Teseo. Miraba hacia abajo como lo hace el hijo que se manda una macana, se da cuenta y después tiene que rendirle cuentas a los padres. Le pregunté si le pasaba algo, y balbuceando palabras inentendibles me extendió un sobre.
Se lo agradecí y prometí analizar lo que había en su interior. Me miró a los ojos, me gritó “conchudo” y se fue corriendo. A veces es difícil entender las acciones de Teseo.
En el interior del sobre reposaba la salvación del blog, el primer texto que no era de la autoría del administrador. ¡Y estaba firmado no por un miembro del grupo, sino por dos!

A continuación, la transcripción del manuscrito que contenía la siniestra letra de Teseo:
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Entre las muchas y ya por todos conocidas “anécdotas de Cuyo”, ha habido una especial, que merece, per se, un posteo: el pedido de cometa que la policía de Calingasta efectuó a los tres aventureros. A continuación, el Ruso Salzman y Teseo ofrecen una narración de la misma, adelantando que todo lo dicho es fiel reflejo de lo sucedido.

Los tres viajeros estaban saliendo de la localidad de Barreal, al oeste de San Juan, después de pasar tres días excelentes, con buen tiempo, muy lindos paisajes, excursiones muy interesantes, cenas abundantes de la mano del Ruso, e incluso la experiencia de estar al filo de la muerte (según Ferchum y Salzman). Teseo, fiel a la profunda religiosidad y arrebato místico que experimentó durante el periplo cuyano, repetía sin cesar la frase “dei nobiscum sunt”, que significa “los dioses están con nosotros”. El Ruso, por su parte, se ufanaba (sin evocar los cielos ni las deidades inmortales) diciendo “estamos como queremos”. Ferchum, por su parte, estaba como quería (lo cual supone que quería estar mucho tiempo en el baño), y fotografiaba y filmaba todo aquello que podía.

Pues bien, regresando de aquella estadía, los muchachos viajaban rumbo a Valle Fértil. Una mañana soleada, calurosa, la ruta vacía. El Ruso Salzman manejaba, Bach acompañaba con su célebre “air” desde el reparado estéreo. Teseo iba en el asiento trasero. A esa altura, la policía ya los había parado por lo menos tres veces, todo había salido siempre bien, y el dueño del auto ya no sufría taquicardia cada vez que un uniformado se acercaba al coche. Con estos buenos augurios, circulando por el departamento de Calingasta, la policía detiene al Duna.

Como rutina, pide los papeles, licencia para conducir, tarjeta verde, seguro. Observa que la tarjeta está vencida, que el conductor no es el titular de ella, y refiere no poder leer con claridad el nombre inserto en la misma, por lo cual amenaza rápidamente con retener el auto, ya que “no van a poder seguir circulando con la tarjeta así”. Teseo le acerca un permiso de conducción sellado por Escribano Público, en el cual, sin embargo, no figura el Ruso. Un destello monetario brilla en los ojos del oficial, que se retira hacia una garita, pidiendo que lo acompañe el conductor. Ferchum, mientras tanto, buscaba espacio para vaciar su vejiga sin hacer mucho barullo, pero lamentablemente tuvo que conformarse con una roca.

Mientras Ferchum y Teseo esperaban en el auto, el Ruso estaba en la garita con el oficial inquisidor que los había detenido, sosteniendo la siguiente conversación:
Policía: “¿Sabías que no estás autorizado a conducir? Te vamos a tener que sacar el auto…”
Ruso: “Pero si mi amigo está autorizado, él estando presente me autoriza… ¿no puede seguir conduciendo él?”
P: “Y no… porque la cédula está vencida…”
R: “Pero nosotros teníamos entendido que podíamos, y de última él estando presente...” (el ruso es interrumpido)
P: “Mirá… acá es así, si no tenés la cédula no podés conducir, aparte, la cédula de tu amigo está vencida… llamámelo a tu amigo”.

Ferchum y Teseo esperaban, esperaban...hasta que de pronto el Ruso, medio nervioso, se acerca y requiere la presencia de su amigo argentino pero griego por apodo. Éste se acerca, nuevamente con el corazón galopante, ingresa a la garita y participa, con el oficial, de la conversación que a continuación se reproduce:
Teseo: “Sí, oficial, me dijo mi amigo que necesita hablar conmigo”.
Policía: “Sí, porque vos tenés la tarjeta verde vencida, ¿viste?”
T: “Sí, lo sé, pero estoy autorizado por ante Escribano Público para manejar...”
P: “Claro, pero lo que pasa es que este auto es un bien ganancial...”
T: “Sí, yo ya sé que es un bien ganancial...”
P: “Claro, eso quiere decir que esta tarjeta no vence para tu papá y para tu mamá, pero para los demás sí. Entonces, cuando tu papá y tu mamá se separan, se abre la sucesión (se ve que para el uniformado en cuestión que los padres se separaran equivalía a la muerte) y ahí deciden si quieren vendértelo, dárselo a alguien o qué hacer. Igual vos, este Martín, Jimena y Juan Manuel pueden manejar, pero el vago (señalando al Ruso) no. Así que yo te sugiero que el vago maneje, pero cuando se acerquen a un paso, lo agarrés vos al auto, ¿no?”
T: “Está bien, sí, haremos eso, lo manejamos los dos, pero cuando veamos que hay control policial, lo manejo yo”
P: “Sí, pero...a ver, peráme un segundo...”
Durante su discurso vago y contradictorio el policía llena un papel rosa, pregunta al Ruso sus datos y escribe algo. “Te vamos a tener que hacer una atención porque vos no podés andar en el auto”.

El oficial sale de la garita, Teseo y el Ruso se miran, esperan, no hablan pero saben que están pensando lo mismo. Al rato vuelve el policía con el papel rosa y le pide al Ruso que lo firme, manifestando su dirección y demás datos.
El Ruso, ya experimentado en firmar “actas de constatación” (como la que firmó en Córdoba por no tener encendidas las luces bajas), hace lo propio con el nuevo documento. Luego, esperando que el policía le comente que podía ser culpado por reincidente, pregunta:
Ruso: “¿Y ahora qué tenemos que hacer?”
P: “Mirá, te hice una multa por andar sin cinturón de seguridad, porque si hacía lo que hay que hacer cuando maneja alguien no autorizado, te tenía que retener el auto y llevarlo hasta Barreal, y lo tenías que ir a buscar ahí...”
En ese instante, lo único que pasó por la cabeza del ingenuo creyente en la justicia fue:
R: “Pero yo andaba con el cinturón puesto...”
El Ruso inocentemente pensó que el tipo le estaba haciendo un favor, hasta que leyó que no era un acta de constatación, sino una infracción… había que pagar… con lo cual, medio resignado, preguntó:
R: “Y pero… ¿cuánto seria la multa?”
P: “Y...a ver, se mide en litros de nasta, ¿viste? Son cincuenta litros de nasta, esta multa. A ver, decíme, Pantera, ¿cuánto está el litro de nasta...?”
Oficial Pantera: “Y...creo que 3,25, má’ o meno’”
P: “Tonce, esto da...serían...”
Teseo: “Alrededor de 150 pesos...”
P: “Y… si no te tenía que sacar el auto...”
El Ruso, francamente desconcertado, sin saber si agradecer o sacarle el arma al policía y matarlos a todos a tiros, estuvo a punto de preguntar: “¿Y no me podía hacer una multa mas barata…?” Recordó que la de la luz baja ya la tenía, y que quizás la multa por andar alcoholizado o por superar la velocidad máxima eran incluso más caras.
Rápidamente sintió vergüenza de sí mismo por tal pensamiento: “¿Podés ser tan boludo? Mirá si estos cabezas con armas nos van a estar haciendo un favor…”; entendió que los tenían donde querían, que para la ley los tres amigos eran inocentes hasta que él firmó la infracción… ese policía los había condenado.
T: “¿Entonces tenemos que ir a pagar? ¿Y cómo pagamos? ¿Nos dan la boleta acá? ¿No tenemos que ir a defendernos o algo?”
P (al Ruso): “Claro, tonce, vos tené que ir al Juzgado, pa’ defenderte, y ahí te van a dar para pagar. Esto es así: el 50% va para Rentas de San Juan, y el otro 50 va para la policía de San Juan” –Nuevamente le brillaron los ojos. “Así que en el Juzgado te van a dar dos boletas, pagás las dos y listo... El asunto es que si no lo pagás, no vas a poder salir de la provincia, ¿viste?...”
R: “Está bien, nosotros vamos a ir al Juzgado cuando corresponda, y vamos a pagar, entonces...”
El Ruso y Teseo se miraron cómplices… todo estaba dicho.
P: “Bueno, pero fijáte que tenés que ir antes de salir de San Juan, porque si te para la policía no vas a poder salir...”
T: “Bueno, está, vamos a ir el martes al Juzgado, vamos a volver de Valle Fértil y vamos al Juzgado y pagamos. Listo, entonces, ¿no...?”
P: “Sí, bueno, pero no dejés de ir, ¡eh! Mirá que yo esto lo informo...y si te paran de vuelta...”
R: “Sí, quédese tranquilo, nosotros vamos al Juzgado y resolvemos el asunto”.
T: “Sí, vamos a hacer eso, vamos a Calingasta y pagamos. Listo, entonces”

Los muchachos se retiraron en silencio, mirando el suelo, y ya cerca del coche Teseo le preguntó al Ruso si estaba pensando lo mismo que él. Entrados en el auto, contándole a Ferchum lo sucedido, coincidieron: les habían pedido una coima. Lisa y llanamente, hasta le habían puesto precio: 75 manguitos.

Se quedaron hablando del asunto un rato, medio preocupados, bastante calientes, sobre todo, con las bolas infladas. Alguno se olvidó antes que otro, pero en definitiva la preocupación duró tanto como llegar a San Juan capital y comprar un baldecito con un litro de aceitunas verdes. Ahí sí que fue asunto resuelto.

Finalmente, en los días subsiguientes, salieron de San Juan dos veces, y en ninguna de ellas los paró nadie. Obviamente que no comparecieron ante el Juzgado, lo cual motivó humoradas relativas al carácter de prófugo de la justicia sanjuanina del Ruso, y demás comentarios. Cuando llegue, si llega, la multa al domicilio del Ruso, una imagen escaneada de la misma aparecerá en este blog, como prueba de que el famoso timbero del barrio de Flores no sólo es prófugo de la Justicia sino también deudor del Fisco sanjuanino.

Para terminar, este posteo va dedicado a nuestros policías, expertos en el arte de arruinar viajes, joder al pedo, romper las bolas cuando deberían protegernos, proteger a los que deberían controlar y pedir contribuciones para campañas por los animales sueltos sin expedir un bono.
...

El Ruso Salzman, infractor por naturaleza, muestra con despiadada alegría sus dos trofeos de ruta, la advertencia cordobesa por un lado y la infracción expedida por la bondadosa policía de Calingasta por el otro. "Con estas mierdas rositas no me van a amedrentar" bramó mientras con sus dedos sobre la boca hacía pedorreta a los canas.

martes, 12 de agosto de 2008

Las Crónicas de Cuyo: El Valle de la Luna, el Talampaya y la sarna


El viaje a la ciudad de Valle Fértil, provincia de San Juan, que tenía por objeto conocer el célebre Valle de la Luna y Talampaya, había remontado increíblemente luego del trágico reclamo de coima de la policía de la región de Calingasta, al salir de Barreal, motivo de otro posteo. Al pasar por la ciudad de San Juan, ya había existido una premisa de que los vientos volvían a soplar a favor de los viajeros al encontrar en un puestito al costado de la ruta que una docena de empanadas de carne costaba diez pesos. Siguió con una maravillosa compra de un kilo de aceitunas verdes carnosas que deleitaron a los muchachos a lo largo de lo que duró el resto del viaje y finalizó en la llegada a Valle Fértil y descubrimiento de un camping en construcción y completamente vacío, en donde poner la carpa costaba diez pesos por noche y nada más. Era el camping del Sr. Morales. Para que el lector se dé una idea de lo maravilloso que era, este camping contaba con electricidad, árboles en etapa de crecimiento, baño compartido con la familia del Sr. Morales, canilla y mucho pasto. Por otra parte, estacar era casi una sensación orgásmica, dado que la estaca se sumergía en la tierra sin preocupaciones, sin pedir permiso a señoras piedras, ni a base de esfuerzos y golpes de piedras. Simplemente se deslizaba hacia el centro de la Tierra. El dueño del camping, a su vez, se ofreció para lo que necesitáramos y con una cordialidad y humildad envidiable depositó en nosotros su confianza y afecto. Esta actitud bondadosa y generosa logró que los porteños de buena cepa, eternamente agradecidos por el trato recibido, le obsequiaran al finalizar su estadía en el camping una botella de Cabernet Sauvignon.
Retomando, los muchachos habían decidido no perder demasiado tiempo, dado que acababan de entrar en una etapa del viaje de carácter vertiginosa, donde la angustia del final de la travesía ya se comenzaba a sentir, y acordaron que al día siguiente viajarían temprano hacia los parques nacional y provincial. Sabían que para despertarse no iban a necesitar de despertadores ni ayudas de alarma de celular. El frío de las primeras horas de la mañana, el más cruel que FerchuM lograra recordar, los despertaría a tiempo. Y así ocurrió.
Fue precisamente luego de haber desayunado, en plena pugna psicológica para ver quién sería el primero en ofrecerse a lavar los utensilios bajo el agua fría de una canilla cercana, que el Ruso encontró el detalle que lo salvaría de cualquier intento mandón: unas marcas en sus manos que, según confesó, generaba picazón. Su diagnóstico fue contundente: sarna. De más está decir que inmediatamente salieron a relucir los chistes fáciles de Teseo como “sarna con gusto no pica” y similares, los cuales no alegraron en lo más mínimo al consternado Ernesto. FerchuM que se paseaba contento con su cámara de fotos reflex canon, último chiche que había surgido en el mercado, se vio más que desilusionado cuando el poco fotogénico Salzman, luego de pedirle que le sacara una foto, le indicó que lo hiciera únicamente de sus manos, y con zoom incluido. Las razones de su petición giraban en la intención de cerciorarse de la existencia de la bacteria de la sarna en sus manos, y todo indicaba que la visita al médico era inminente.
Efectivamente, pese a que la idea era rumbear hacia el parque provincial Ischigualasto y al parque Nacional Talampaya a las nueve de la mañana como a más tardar, las demoras en el hospital produjeron un atraso de una hora, y por lo tanto, lo que habían ganado de tiempo al salir velozmente del camping, lo habían perdido en la dulce espera a que el Ruso fuera atendido. Afortunadamente, los conocimientos del cuasi doctor Salzman permitieron realizar los contactos internos en el hospital de Valle Fértil y fue atendido a una brevedad insólita en comparación a lo que se está acostumbrado a esperar para ser atendido en un hospital/sanatorio cualquiera.
En la espera, Ernest le contó al enfermero con el que dialogara a fin de conseguir el privilegio en la guardia que se encontraba parando en el camping de Morales.
-Ah, del gordo puto… Ojo con ese que dicen que se mete en la carpa de los chicos -dijo riendo, y a continuación agregó:- No, es un tipazo, un tipazo, decile que dije que es un gordo puto, ¡eh!
La médica de turno, en un diagnóstico criticable manifestó que se trataba de una alergia e hizo entrega de la medicación que consideró pertinente y una receta para una crema dermatológica. Con eso, pese a no coincidir con el diagnóstico, Ernest se quedó tranquilo, y pudieron seguir el viaje.
No se sabe a ciencia cierta qué medicación se le suministró al querido Ruso, pero lo cierto es que el recorrido dentro del Parque Provincial Ischigualasto, también conocido como el Valle de la Luna, lo hizo en un preocupante letargo del que únicamente salía al solo efecto de ver la parada en cuestión: el gusano, el valle pintado, el campo de bochas, el submarino. FerchuM y Teseo, por su parte, se encargaban de registrar por todo tipo de medio (fotográfico o audiovisual), lo que sus ojos veían.
Al finalizar el recorrido por Ischigualasto viajaron al parque contiguo, el Parque Nacional Talampaya. Llegar no fue sencillo. Existe una gran distancia entre la entrada al parque y la Administración del mismo, desde donde salen las excursiones. En una casilla previa les cobraron el acceso al parque que por ser estudiantes les costó $4, y luego se dirigieron a contratar las excursiones que ofrecen a los turistas. Si bien existen varias opciones, el monto mínimo era el paquete de $25 que incluía dos paradas, le seguía el de $45 que incluía cuatro paradas y finalmente el de $70, que además de las cuatro paradas incluía una caminata. Debido al horario en que arribaron los agotados aventureros y la escasez monetaria, resolvieron aceptar la excursión de $25, y alrededor de una hora después eran los únicos que habían contratado la excursión, teniendo un guía exclusivo para preguntarle lo que quisieran. Las paradas que realizaron fueron dos. Por un lado conocieron el Jardín Botánico, donde pudieron ver la vegetación que predomina en el parque, la chimenea, que es un efecto que la erosión produjo en las rocas milenarias, permitiendo que la retractación de sonido desde dicho lugar genere un eco capaz de oírse hasta cuatro veces, y por otra parte, conocieron la parada conocida como las catedrales góticas, en donde Teseo, en un arrebato religioso, arrodillóse de espaldas a la magnífica forma y unió las palmas de sus manos, tal como puede apreciarse en la imagen que este blog se ha encargado de difundir. Se desconoce si realizó plegarias o súplicas o si simplemente agradeció. Solo es seguro que no pidió perdón.
La vuelta a Valle Fértil fue lo más adrenalínico de la jornada. El día había pasado a un ritmo pavoroso, el mediodía había sido superado gracias a un par de sándwiches de atún y las aceitunas de San Juan capital, y ya el sol comenzaba a caer. Pronto los viajeros se enfrentarían nuevamente a la ruta oscura y por qué no a algún que otro chivo endiablado. Pero no fue eso lo que mayor julepe les diera sino el comentario tranquilo de Teseo, estando al volante: “Che, no sabía que íbamos a hacer tantos kilómetros, y miren la aguja de la nafta, está por alcanzar el cero”. Quince minutos después de estas palabras recién estaban pasando la entrada al Parque Nacional Talampaya. De manera que quedaban aún unos cuántos kilómetros por delante, y la casi certeza de que no encontrarían surtidores sino recién en Valle Fértil.
Apagaron la radio para evitar el consumo de la batería, redujeron la velocidad a 80 kms/h y cruzaron los dedos. Aprendieron el Padre Nuestro, recitaron fragmentos del Corán y estuvieron tentados de bailar el Hava Nagila con tal de llegar. Los últimos kilómetros fueron agónicos, como lo es un final de un partido que se va ganando por un gol y los ataques son siempre del equipo contrario. El cero ya había dejado de ser marcado hacía rato y sólo faltaba que se encendiera la lucecita verde del tablero para derrumbar las pocas esperanzas que quedaban en el auto.
Pero el vehículo, en un final heroico, no solo alcanzó Valle Fértil sin encender la famosa luz del peligro sino que además aguantó hasta el arribo a la estación del ACA, lo cual no fue sencillo, y dieron un par de vueltas de más por las calles del poblado para encontrarla. Y no obstante, véase el pensamiento gasolero de los tres muchachos, que pese a saber que el auto estaba próximo a morir de sed, se tomaron el tupé de dudar si convenía cargar en dicha estación, dado que el precio de la nafta era elevadísimo en comparación a estaciones de servicios de la misma empresa en otras localidades. El que comenta la anécdota realizó las averiguaciones pertinentes que lograran explicar las razones del exacerbado monto, y se enteró que la razón gira en torno a que dicha estación del Automóvil Club Argentino se encuentra alquilada, y por lo tanto no mantiene los mismos precios que las demás estaciones del país. Pero éste es sólo un dato menor, como para tenerlo en cuenta, y nada más.



El ruso Salzman yace aletargado por el empastillamiento producto de la cura de su supuesta sarna. Detrás puede vislumbrarse la célebre figura del Submarino, en el Parque Provincial Ischigualasto, Provincia de San Juan.

jueves, 7 de agosto de 2008

Aserrín, Aserrán, los maderos de San Juan...

Entre los lugares en los que el Ruso Salzman, Teseo y Ferchum dejaron su huella, el que más los impactó, conforme ha quedado registrado en grabaciones audiovisuales, fue sin lugar a dudas Barreal, en la provincia de San Juan. Y no es ningún misterio el por qué. Situado en la región de Calingasta, Barreal es un oasis de vegetación y sombra en pleno desierto de roca y polvareda. Mientras que un contorno se encuentra delineado por las montañas de la precordillera, en el horizonte occidental, los Andes ofrecen sus impactantes picos nevados, entre ellos el Mercedario, tercero en altura luego del Aconcagua y el Tupungato. Estos picos blancos contrastan a la vez con un cielo tan azul, limpio de nubes e impoluto, que no hay manera de sacar una foto de mala calidad con un fondo de ese nivel. Los álamos predominan a los márgenes de cada calle de este pequeño poblado y un caudaloso río, llamado "Los Patos", desafía la sequedad que caracteriza a la región.

Todo el paisaje por sí mismo maravilló a los viajeros, pero había más. El lugar tenía un plus que los desconcertaba a diario y que los hacía replantearse en cada momento cuánto tiempo más podrían estirar su estadía en aquel pueblito sanjuanino, y ese agregado era la leña.

Imagínense visitar un lugar en donde, supóngase, el chocolate se desprendiera de los árboles y no fuera recolectado por los habitantes, de manera que a cada dos metros uno pudiera encontrar pilas de chocolate en rama, y más adelante un chocolate macizo, y luego... En fin, ahora cámbiese el chocolate por madera, y verán que, si bien no es una comparación muy feliz, estos muchachos, en cada madera veían chocolate, e inmediatamente las glándulas salivales comenzaban a segregar y se los veía, sobre todo a uno de ellos, al Ruso Salzman, babeando ante cada tronco, rama gruesa, rama corta, ramita, que se encontrara depositada a los costados de la calle.

La explicación sigue sin ser muy difícil de intuir. Teniendo en cuenta que estaban parando en un camping, que el anafe aportado por Teseo se tomaba su tiempo en hervir el agua para hacer los mates y que, si la hervía rápido, se gastaba el cartucho en cuestiones de segundo, conseguir madera implicaba poder hacer fuego, y por lo tanto poder cocinar. Es decir poder comer algo más digno que una sopa Quick de choclo y zapallo con leche (con el debido respeto que se merece dicha sopita). Fue así como pasaron por la llama que todo lo calienta y ennegrece, varios cortes de carne, morcilla, chorizos, chorizos colorados, pollo, olla con fideos y salsa, olla con arroz, pan, etc.

Un día, de los tantos que pasaron en aquel lugar atraídos por la madera, los tres salieron a caminar aprovechando la fresca matutina, antes de que el sol del mediodía/tarde los comenzara a asar. Y fue por recomendación de la Oficina de Turismo de Barreal que se propusieron ir a conocer "el camino de los enamorados". Cualquier hombre sensible de Flores hubiese adquirido el mismo interés por ese pasaje que el que tuvieron estos muchachos al oír el nombre, y aunque nunca se lo confesaron entre sí, miles de suposiciones pasaron por sus mentes. Teseo, por ejemplo, rogaba que al cruzar dicho sendero, Cupido se apiadara de su sufrimiento y lanzara la flecha correcta, aquella que le indicara su verdadero amor que destruyera las armaduras de su corazón. FerchuM, por su parte, soñaba que al alcanzar aquella vía se purgarían todos los crueles sufrimientos, angustias y dolores que lo atosigaban por los amores que no habían podido ser a lo largo de su vida. El Ruso Salzman no dejaba de sentir gran preocupación. Temía que pudiera hallar la figurita que le faltaba.

Nada de todo eso ocurrió. Un refutador de leyendas se hubiese considerado ampliamente satisfecho, no así los viajeros, que no pudieron más que sentir una gran desilusión al enterarse que el camino de los enamorados no era ni más ni menos que un Country Golf.

La venganza que planearon por aquel engaño fue siniestra, pero de difícil ejecución. Decidieron limpiar las calles de Barreal de sus respectivas maderas, no dejando siquiera una ramita en el suelo. Claro que al tercer tronco que hallaron, y descubriendo aún la larga distancia hasta el camping que tenían para deshacerse de la terrible carga de todo lo recolectado, sopesaron el castigo que acababan de planear y prefirieron perdonar al poblado por el engaño, y aprovechar la leña ya juntada para cocinar algo rico por la noche.

No obstante, los dioses de Barreal, heridos por las injurias vertidas por aquellos individuos y guiados por un rencor característico de las deidades mitológicas, no perdonaron a los turistas, y haciendo uso de sus técnicas sobrenaturales, mandaron terribles ventiscas y levantadas de polvo que impidieron la cocción a la parrilla de cualquier alimento. Ernest, sin embargo, quiso dar pelea. Había demasiada leña acumulada (Teseo había estado demostrando durante la tarde su destreza como leñador), y al día siguiente era ineludible la partida hacia Valle Fértil. Toda esa madera no podía haber sido juntada para no usarla. El Ruso, pese a las recomendaciones de sus acompañantes, decidió encender una gran fogata.

Esa noche los viajeros cenaron en una pizzería de Barreal.


Teseo y el Ruso Salzman en plena venganza contra Barreal juntan maderitas de la calle.

martes, 5 de agosto de 2008

Cuyo: retorno y consecuencias

Ya pasaron diez días de la partida rumbo a las tierras occidentales de nuestro magno país, y el regreso trajo consigo más que anécdotas y enseñanzas, porque el viaje en sí cambió en los tres viajeros que tuvieron el honor de realizarlo, algo en su interior. No fue simplemente un disfrute de paz y armonía, olvido de preocupaciones y deudas pendientes, lectura y análisis comprensivo de paisajes magníficos. El viaje fue más allá de estas pretensiones vacacionales y externas y supo infiltrarse en las entrañas mismas de los itinerantes. Todavía no se sabe a ciencia cierta si fue el agua de Córdoba, la de San Juan, el pan integral que el Ruso Salzman llevó, o las empanadas fritas de La Rioja, pero el viaje todavía hoy está demasiado patente en los tres viajeros. Sin mayores abundamientos, comento que FerchuM pudo leerse casi dos libros y aprender a jugar al Sudoku todo en un día por el obsequio que Cuyo y/o Córdoba supo imprimir en sus interiores.
Pero al margen de las graves consecuencias, que el tiempo y las cloacas lograrán separar de los tres muchachos, el viaje fue un éxito rotundo.


Los lugares visitados fueron Merlo en la Provincia de San Luis; San Juan, Barreal y Valle Fértil en la provincia de San Juan; el Talampaya en la provincia de La Rioja; y Córdoba capiiiiiital. Las noches en carpa fueron frías, los días fueron cálidos al sol, como si se estuviera en verano, las cenas, opulentas, gracias a la mano de Ernest, el Ruso Salzman. Sobresalió la cantidad de fuego que se realizó en casi la mayoría de las comidas (sino todas) que se afrontaron. El auto se portó relativamente bien. No dejó a los aventureros en medio de la ruta, y eso ya es de por sí remarcable, además de que se bancó un volantazo magnífico efectuado por Teseo, con el fin de eludir en la noche a un chivo que no tuvo mejor idea que cruzar la ruta sin luces y quedarse quieto en medio del carril en el que andaban. Teseo agradeció no haber volcado en dicha ocasión, FerchuM advirtió que no creía que fuera un chivo cualquiera, sino el mismísimo diablo, y el Ruso Salzman se lamentaba no haber parado para meterlo dentro del auto y asarlo esa misma noche. Por lo demás, el rodado hizo de las suyas, como ser: encender la luz del aceite cuando aceite tenía, consumir el agua del motor a una gran velocidad, hacer funcionar el estéreo cuando se le daba la gana, hacer ruidos raros.


El auto también vino distinto del viaje a Cuyo. Y no lo menciono únicamente por la suciedad de más que trajo, sino porque en uno de los primeros días sufrió una herida producto de la brutalidad de los camioneros que se consideran amos y señores de las rutas argentinas. Acabábamos de salir de la parada de Rojas, donde nos habíamos detenido a pasar la noche, ya que en Pergamino los precios eran demasiado elevados para pasar la noche y en Venado Tuerto estaba todo ocupado porque había una exposición de canarios (sí, suena ridículo, pero creer o reventar). Ernest, que se había puesto al volante para manejar un trayecto de ruta, se vio acorralado en una rotonda (no vamos a aclarar en qué rotonda) por un camión de cuádruple tracción (esos de dos cuerpos que se enganchan). El conductor, sin respetar la señal "Ceda el paso", se mandó sin pedir permiso, imponiendo su tamaño por sobre nuestro derecho, y Ernest creyó que podía dejarlo pasar y evitarse choques innecesarios, de modo que desaceleró para dejar al animal que siga su camino. Lo que no advirtió, o descubrió tarde, fue que después de la primera parte del camión venía una segunda parte, como a modo de revancha. Y esta segunda parte, fue nefasta para el espejito del lado del acompañante, quedando descuajeringado y manteniéndose unido al vehículo únicamente por un par de cables metálicos. De más está aclarar que Goliat no frenó, ni mucho menos pidió disculpas.


Tal vez por el hecho de que el viaje recién empezaba, o por vaya a saber qué milagro del cielo, el dueño del auto, Teseo, no tensó un solo músculo de su rostro ni agredió verbalmente, invadido por la ira, al desgraciado infractor asesino de espejitos. Con el correr de los días, y sobre todo a la hora del regreso a Buenos Aires, se notaría en Teseo como esa paz y estado de om, reflexión y perdón, se transformaría paulatinamente en una ira descomunal y deseo de sangre a cualquier costo. Por su parte, FerchuM bajó del vehículo con una cinta scotch de médico otorgada por el mismísimo Ruso Salzman, y se encargó de fijar el espejo en su lugar, de la manera más firme posible.


Luego, al avanzar a un paso veloz por la ruta 8, en un determinado momento los tres muchachos superaron al camión agresor, y leyeron incluso el número de la patente, pero ya sea por considerarlo inútil o por la frágil memoria de los tres, la olvidaron rápidamente y al poco tiempo ya era un mal recuerdo y nada más.


Las anécdotas las hay muchas y variadas. Solo los tiempos libres y el apoyo narrativo de los otros viajeros, permitirán dejarlas al descubierto de manera más o menos próxima.


El Ruso Salzman sonriendo satisfactoriamente ante la labor de reconstrucción del espejito realizada por FerchuM. Se estima que Teseo no apareció en la foto porque en ese momento estaba buscando la manera de cortarse las venas u otra cosa.

De fraudes patrióticos y votos cantados

Luego del extenso plazo propuesto para la duración de la encuesta de alfajores, alcanzamos el cierre de la misma y los resultados generaron ciertos cuestionamientos contra el sistema electoral que se pretende. Ante ello, se han vislumbrado quejas de marcas intransigentes, revolucionarias, izquierdistas, de calidad en duda, y de poco dulce de leche y mucha tapa. Ello, de cualquier manera no les quita razón en sus reclamos. Es por ello que, a pedido de muchos miembros del Grupo Pelle, se elevó una demanda ante la Justicia Encuestal en donde se manifestaron los hechos y se solicitó la inmediata impugnación de la misma. Desgraciadamente, el perverso sistema judicial, en una dudosa actuación favoritista de los intereses de los alfajores vencedores, nos rechazó la petición en una sentencia cuestionables. A continuación transcribo lo pertinente de la misma:
"Cabe destacar que, las encuestas tienen por objeto obtener información estadística indefinida. Este tipo de estadísticas pocas veces otorga, en forma clara y precisa, la verdadera información que se requiere. Asimismo, la encuesta que se trae a colación (con el perdón de la palabra en virtud de la cercanía al objeto de la encuesta), es lo que técnicamente se considera un "sondeo de opinión". La muestra de la población elegida para esta forma de encuesta no es suficiente para que los resultados puedan aportar un informe confiable. Se utiliza solo a modo de recolección de algunos datos sobre lo que piensa un número de individuos de un determinado grupo sobre un determinado tema. De modo que, no puede establecerse que el resultado de una encuesta de este género produzca un gravamen irreparable que motive una demanda.
A mayor abundamiento, es dable resaltar que de las pruebas aportadas por la parte actora no se advierte que el Grupo Pelle se encuentre cerrado a los diecinueve miembros que denuncia, tampoco se ha demostrado la imposibilidad de que náufragos de la Internet que hayan encallado en el blog por caprichos del destino se hayan visto imposibilitados de votar, y ni siquiera se ha logrado acreditar la moralidad y ética de los miembros del grupo, dejándose entrever en una pormenorizada lectura de los posteos y sus respectivos comentarios que sus conductas son plausibles de una punición o castigo exhorbitante a modo de educación de modales y buenas formas.
En consecuencia, el Tribunal RESUELVE:
I.- Rechazar la demanda sin costas por no haber mediado sustanciación.
II.- Establecer que el alfajor más deseado por los miembros del Grupo Pelle es el alfajor Jorgito y el menos deseado el alfajor Bon o Bon.
III.- Intimar a los miembros del Grupo a que modifiquen sus conductas contrarias a la moral y buenas costumbres en el plazo de cinco días bajo apercibimiento de imponer penas capitales, sin excepción."
Para que se queden tranquilos, les informo que ya se está elaborando la apelación, por lo menos para ver si zafamos del punto 3 de la sentencia.
Al margen de los resultados obtenidos, es importante remarcar el preocupante manejo que la prensa comentarista ha realizado en los posteos. Se ha podido observar con claridad cómo miembros del grupo, haciendo uso indebido de apodos que les permitieran estar en el anonimato, han impulsado al pueblo, en una conducta engañadora, a votar sin un criterio propio sino en pos de un capricho atroz. En consecuencia, pronto se estarán tomando las medidas necesarias para imponer leyes que limiten los comentarios que atenten contra la estabilidad de la encuesta en cuestión.
Finalmente, y a modo de conclusión de la presente, se hace saber que toda propuesta de encuesta poco original será anotada en el libro del olvido. Ya se anotó la de los helados. Y Bellota, estás autorizada a mantener tu anonimato. No te dejes presionar por Teseo, que al parecer anda deseoso de saber todas las identidades de los firmantes del blog.