Nueva portada

El dibujo de la portada del blog fue realizado con el mayor de los cariños por FerchuM, quien se hace responsable de las críticas que puedan existir contra los garabatos antes mencionados.
La obra es en papel A4 borrador del laburo (detrás hay un proveído que el juez nunca firmó), y la pintura es a base de lapicera negra parker, birome bic negra y liquid paper gastado.
Téngase en cuenta al momento de la crítica que este miembro del grupo carece de conocimientos de dibujo, de caricatura, de perspectiva, de arquitectura, de filosofía, de política, de negocios... resumamos en la idea de que carece de conocimientos en general.
Por otra parte, si ud. es miembro del grupo y no se encuentra en el dibujo no implica que haya sido olvidado, sino que es cuestión tal vez de abrir un poco la imaginación y pensar: "mmm... ¿ese seré yo?"

domingo, 17 de enero de 2010

Patagonia 2010: Comienza la aventura

La mañana nos encuentra sumergidos en profundas calmas de films mentales, en funciones oscuras que proyectan nuestras mentes y que no solo rara vez se repiten sino que incluso contadas veces terminan. El quiebre es paulatino en mi caso, que de a poco regreso a mi cuerpo y doy cuenta que me rodea una bolsa que me hace gusano, dentro de una carpa junto a mis compañeros de viaje, Ernest "Ruso Salzman" y Ezequiel "Teseo" Birman. No es la primera vez que madrugo, estoy habituado a ese castigo. Intento vanamente despertarlos, pero el triunfo será de una chillona y tosca alarma de celular que suena al otro lado de la carpa.

Estamos en el camping El Ovejero de El Calafate, al cual llegamos luego de ser practicamente los que cerramos el Aeropuerto Armando Tola, una pequeña estructura de alto vuelo. De ahí a la ciudad tuvimos que contratar un económico taxi que nos costó ni más ni menos que ochenta pesos.

La planificación para el día, organizada antes de acostarnos, se pone automáticamente en marcha. Habiendo dormido lo necesario para emprender el viaje en auto rentado, de reducidas dimensiones engullimos unos panes milagrosos para engañar ligeramente la hambruna producto de saltearse una cena y salimos rumbo hacia el sur, a 800 kms nos esperaba el próximo destino: Ushuaia.

A medida que avanzamos, los paisajes se tridimensionan y las conversaciones derivan en temas de cualquier tipo. ¿Adonde vamos? Tal vez no lo sepamos con exactitud. Nos dirigimos a Ushuaia pero probablemente esa respuesta sea bastante incompleta como para dar cuenta de nuestros conocimientos. Solo sabemos que cruzamos ciudades, fronteras y un estrecho marítimo bajo un cielo que va adquiriendo las más variadas tonalidades a lo largo del día, desde un intenso azul a un celeste salpicado de nubes blancas a un cyan verdoso que irá ennegreciéndose a medida que el sol se retire a sus aposentos, tras los cerros nevados del oeste. También veremos los cambios en los climas y la vegetación, que de unas tierras desérticas de pastizales xerófilos se irán transformando a lo largo de kilómetros en un culminante e impenetrable bosque de pinos y fríos árboles de madera blanda.

Pienso que la naturaleza consigue lo que dos pueblos no lograron, unirlos en semejanza natural, en parte del mismo mundo. Mientras el poder y la ambición se esfuerzan en diferenciarnos, ya sea a través de conflictos, guerras o símbolos estúpidos, la naturaleza deja al descubierto una mirada más sabia y probablemente más humana, la eterna igualdad.

El ripio en el lado chileno nos demora. Ezequiel maneja con sumo cuidado el Ford K 2009, y a cada ruido producto de golpes de piedras que saltan contra el chasis del auto, por mínimo que sea, lanza una sarta de blasfemias y reduce la marcha. Es que como el auto es alquilado, constantemente viene a su mente la imagen de la señora “parca pero gentil” de la agencia a la que, de seguro, no le hará gracia alguna ningún tipo de abolladura ni pinchadura de tanque de nafta.

Por suerte alcanzamos el territorio argentino y su ruta asfaltada, y en esa mitad de la isla, la ciudad de Río Grande, Tolhuin y luego de unas curvas y contracurvas en plena noche que Ernest consiguió pasar sin dejar de crisparnos los nervios y jugando a ser un corredor de Formula 1 en el circuito de Mónaco, llegamos a Ushuaia. Allí nos encontraríamos con Fernando, un compañero del secundario de Ernesto, quien por mensaje de texto nos diera las coordenadas exactas para que fuéramos a buscarlo y de esa manera completar el grupo.

Con el auto recargado, comenzamos a trepar por las calles de la ciudad del fin del mundo en busca de un camping donde pasar la noche. El primero en aparecer fue el camping “La pista del Andino” que tenía un costo excesivo pero que más adelante descubriríamos que se justificaba pagarlo y nos quedaríamos dos noches más. Ernest, sacando su lado turco, se acercó al dueño en busca de una rebaja, ejercitando su famoso y tan perfeccionado por los viajes anteriores “regateo”, pero la sorpresa fue tal ante la negativa que no pudo siquiera disimular su consternación y enojo.

Al día siguiente descubriríamos que desde donde nos habíamos ubicado teníamos una vista de parte de la ciudad y hacia arriba un cerro con un espacio libre de árboles que en invierno se transforma en pista de esquí. Por lo demás, el camping estaba equipado con agua caliente, agua potable, cocina con gas, proveeduría con precios para europeos y una parrilla junto a la carpa, desde la cual Ernest comandó nuestro contraasado de fin de año, dado que los administradores del camping cobraban $100 la cena de fin de año, que consistía en asado libre, no incluía bebida salvo por la sidra del brindis y una mesa dulce. Desde ya, los precios para cohabitantes del país eran similares a los que se les cobraba a los europeos, porque, claro, sería injusto para ellos, sería “desigual” según la política de uno de los dueños del camping. Simpáticamente, olvidaban que los pobres europeos cobran sus sueldos en euros y pagar esa suma por una cena era para ellos una ganga, mientras que para nosotros una patada en las bolas. Pero dejamos que sean felices con sus adorados europeos que les daban las ganancias que andaban buscando, e hicimos la nuestra.

Como se verá más adelante, salió bien pese a todo.


Epígrafes:

Foto 1 izq: FerchuM en el estrecho de Magallanes se la da de facherito y no le sale.

Foto 2 der: Teseo finge que comanda la balsa que cruza el estrecho.

Foto 3 izq: Fer en la Pista del Andino. Detrás suyo se aprecia el hueco hecho en la montaña para hacer el famoso esquí en invierno.

Foto 4 der: El ruso pasa junto al Ford K que nos acompañara en este comienzo del viaje


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